lunes, 14 de enero de 2013

Alguien que no se rinde fácil



“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman” (Stg. 1:12).
Cristo nos mostró con su ejemplo como vencer en la tentación; te pusiste a pensar ¿Por qué Jesús no aceptó el ofrecimiento del diablo de gobernar todos los reinos del mundo de inmediato? (vs.5-7). Podría haber evitado la cruz, pero eso habría ido contra el plan de Dios para Él; es decir, que diera su vida en la cruz, resucitara y se sentara a la diestra del Padre en su reino.
El atajo que Satanás le ofrecía no era nada ventajoso. Cuídate de las tentaciones que parecen representar un costo pequeño en el presente. Satanás espera lograr que hagas las cosas a su manera y que utilices medios que desagradan a Dios. Y no se rinde con facilidad. Aun después de que Jesús venciera la tercera tentación, Satanás sólo se fue «por un tiempo» (vs.13). Siempre que te hagan una oferta para un atajo hacia la felicidad o usando un medio que no es aprobado por Dios para llegar a aquello que deseas, ¡fíjate quién está detrás del mostrador!
La mejor manera de escapar a la tentación es correr hacia Dios y a tú Biblia, donde te encuentres.


Aspectos de la Tentación
Dos formas equivocadas de enfrentar la Tentación:
a. Cediendo al pecado: El resultado es vivir solo por aquello que deseamos.
b. Luchando con las fuerzas propias: El resultado es fracaso y recaída en el pecado.
Pautas que debemos conocer frente a la Tentación:
- Satanás es un enemigo que desea hacernos caer, dañar a Dios y a nosotros.
- Ningún cristiano puede aislarse de la tentación. Satanás atacó en el huerto, y en el desierto.
- Necesitamos estar advertidos porque la tentación puede llegar en cualquier momento, en cualquier lugar y a cualquier persona.
- Las mismas tentaciones que enfrentamos, Cristo también las enfrentó, pero Él no pecó.
- La tentación consiste básicamente en los deseos de la carne, de los ojos y la vanagloria de la vida (1 Jn. 2:16). Cada tentación es un componente de uno de estos aspectos o es una amalgama de los tres elementos.
- Satanás quiere que hagamos un dios de nuestros deseos. Quiere que pongamos nuestros deseos por encima de la voluntad de Dios.
- Cristo es nuestro Supremo ejemplo y en su Palabra y es su Poder podemos vencer cualquier tentación. Usemos las armas que tenemos (Ef. 6:10-12).

Autor: Adrián Rogers

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