martes, 15 de enero de 2013

Seamos perseverantes y no nos cansemos de hacer el Bien


“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”. Gálatas 6.9


No nos debemos cansar de hacer el bien y de perseverar en aquellas cosas que queremos lograr.
Para crecer en cualquier área de la vida se necesita se perseverantes y no desmayar durante el proceso.
Uno debe estar preparado para afrontar reveses, lograr seguir adelante y no desmayar evitando ser flojos en nuestra forma de actuar.
Cuando se siembra se cosecha, pero si no desmayamos en el proceso.
Si pones un negocio debes tener en cuenta que lo más probable es que durante el primer año no solo no podrás retirar ganancias, sino que además deberás inyectarle dinero para cubrir los gastos fijos.
Por eso, junto con la inversión inicial, contempla también recursos para cubrir los gastos fijos del primer año, para que no termines desmayando en el proceso a los pocos meses.

Hay personas que dicen que el negocio no funcionó cuando este llevaba tres o cuatro meses de abierto, cómo podes evaluar si un negocio funciona o no en tan poco tiempo.
Sería lo mismo que decir de un bebe que tiene problemas motrices porque a los tres o cuatro meses todavía no camina cuando este requiere de mayor tiempo para hacerlo.

Muchas siembras han quedado sin cosecha porque los sembradores han desmayado en el proceso por falta de perseverancia.
Haz de la perseverancia una virtud fundamental en tu vida, porque esta evitará que desmayes y hará que puedas cosechar todo lo que siembres.

Yo bendigo tu vida para que puedas desarrollar perseverancia y declaro que si no desmayás, a su tiempo cosecharás todo lo que siembres. 


Fuente: Principios para el éxito 

lunes, 14 de enero de 2013

Alguien que no se rinde fácil



“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman” (Stg. 1:12).
Cristo nos mostró con su ejemplo como vencer en la tentación; te pusiste a pensar ¿Por qué Jesús no aceptó el ofrecimiento del diablo de gobernar todos los reinos del mundo de inmediato? (vs.5-7). Podría haber evitado la cruz, pero eso habría ido contra el plan de Dios para Él; es decir, que diera su vida en la cruz, resucitara y se sentara a la diestra del Padre en su reino.
El atajo que Satanás le ofrecía no era nada ventajoso. Cuídate de las tentaciones que parecen representar un costo pequeño en el presente. Satanás espera lograr que hagas las cosas a su manera y que utilices medios que desagradan a Dios. Y no se rinde con facilidad. Aun después de que Jesús venciera la tercera tentación, Satanás sólo se fue «por un tiempo» (vs.13). Siempre que te hagan una oferta para un atajo hacia la felicidad o usando un medio que no es aprobado por Dios para llegar a aquello que deseas, ¡fíjate quién está detrás del mostrador!
La mejor manera de escapar a la tentación es correr hacia Dios y a tú Biblia, donde te encuentres.


Aspectos de la Tentación
Dos formas equivocadas de enfrentar la Tentación:
a. Cediendo al pecado: El resultado es vivir solo por aquello que deseamos.
b. Luchando con las fuerzas propias: El resultado es fracaso y recaída en el pecado.
Pautas que debemos conocer frente a la Tentación:
- Satanás es un enemigo que desea hacernos caer, dañar a Dios y a nosotros.
- Ningún cristiano puede aislarse de la tentación. Satanás atacó en el huerto, y en el desierto.
- Necesitamos estar advertidos porque la tentación puede llegar en cualquier momento, en cualquier lugar y a cualquier persona.
- Las mismas tentaciones que enfrentamos, Cristo también las enfrentó, pero Él no pecó.
- La tentación consiste básicamente en los deseos de la carne, de los ojos y la vanagloria de la vida (1 Jn. 2:16). Cada tentación es un componente de uno de estos aspectos o es una amalgama de los tres elementos.
- Satanás quiere que hagamos un dios de nuestros deseos. Quiere que pongamos nuestros deseos por encima de la voluntad de Dios.
- Cristo es nuestro Supremo ejemplo y en su Palabra y es su Poder podemos vencer cualquier tentación. Usemos las armas que tenemos (Ef. 6:10-12).

Autor: Adrián Rogers